lunes, 4 de diciembre de 2006

Carta al maestro

Querido maestro:

Hoy experimento un camino propio, mío. Hoy soy afortunado, pues busco, estoy avanzando hacia nadie sabe donde, en el camino me voy enriqueciendo de Belleza, me siento vivo, empiezo a ser consciente de las bases donde se asientan mis fuerzas e intento desplegarme sobre ellas.

Es ahora cuando empiezo a independizarme de tus enseñanzas, ahora que como artista empiezo a encontrar mi camino, es ahora que necesito reconciliarme contigo como padre creador de mi arte.

El comienzo en el que confiaba en tu palabra sobre todas las cosas. Solícito y admirador tuyo, reverencias y alabanzas infinitas a tu bondad, a tu entrega ciega y generosa de todo tu saber hacía mi. Esperaba tu valoración positiva, tenía miedo a tus reproches que solo buscaban mi bien… así es como lo veía todo al principio.

Hubo un momento en que la devoción se convirtió en exigencia, momentos de pataleo en los que silenciosamente exigía formar parte del selecto grupo de los escogidos. Y es que como leí no hace mucho tiempo “no hay nadie más vanidoso, nadie mas pendiente de eco y del asentimiento que el hombre dedicado al arte, y de hecho el asentimiento y el eco le resultan absolutamente necesarios” 1

Que mi nombre no estuviera en tu boca, o en tu boca no apareciera la palabra, la sonrisa o el gesto aprobador, para mi se convertía en doloroso desprecio. Y claro que no puedo hablar de culpas por tu parte, pues tu me dabas lo mismo que a los que yo creía tus favoritos, las mismas herramientas, la misma información…

Sólo me faltó la confianza ciega que a otros si dabas. Hacia otros; hoy puedo entender. Mi desarrollo me ha permitido conocer que irremediablemente encontramos una conexión más cercana con un conjunto de personas muy reducido, de todas las que por nuestra vida se nos cruzan, sin ser mejor o peor… sólo afinidades, sólo química, amor para dar, pero no a todo el mundo por igual.

Hoy eso puedo agradecértelo. Me forjé más independiente del reconocimiento exterior y más sutil para captar la información que sobrevuela constantemente sobre nosotros. Aunque es cierto que en muchos momentos necesité tu consejo, ver reflejado en tus palabras el camino que me haría más fuerte. Esto no lo tuve. Si lo tuve fueron acotaciones o palabras inconexas que no estoy seguro si escuché o por desearlas tan fuerte me las inventé y las interpreté cuando nunca quisiste decir eso. Nunca lo sabremos pues las interpretaciones son así de impertinentes…

Algo más adelante pensaría que solo buscabas ensalzar tu gloria personal y aumentar la distancia que por naturaleza disminuía entre alumno y profesor. Sentía tu egoísmo al no querer darme más,

Hoy me doy cuenta que tanto mi deslumbrada admiración como mis censuras no se parecen más a la verdad que lo que mi imaginación, mis ganas y mis frustraciones querían que se pareciese.

Mis culpas, al igual que lo han sido a lo largo de la historia, son las de todo aquel que se inicia en un saber: la impaciencia, la soberbia, la negligencia… todo por querer ir más deprisa, más lejos y quererlo, ¡ya!

Es mi pasión la que me impulsa, incluso la que forma mis muecas desagradables cuando las enseñanzas no se dirigen hacía, a mi juicio (y ahí reside el problema), donde yo creo que debe dirigirse mi propia evolución.

Craso error de todo alumno, perder la confianza en su propio maestro y erigirse en su propio guía.

Hasta hoy estaba enfadado contigo. Pero este enfado, no era más que el fruto del dolor que me causaba no tener tu bendición por abandonar tu lado y comenzar otro camino, me faltó tu interés por saber como avanzaba o retrocedía mi formación sin ti, y me falta sentir que tu trato hacia mi no evoluciona y queda en verme como el novato inexperto que no sabe nada del mundo. Y es cierto que no sé nada del mundo, que tu experiencia y tu conocimiento no tienen comparación alguna con el pobre bagaje que me estoy formando, pero sí he construido los cimientos de unas ideas, una opinión, mi camino, y esto tampoco eres capaz de verlo, al menos no de demostrarme que puedes verlo.

Maestros he tenido más de uno, y aunque hoy sólo me dirija a ti, mis agradecimientos, réplicas, peticiones… mis palabras van para todos ellos.

Supongo que aceptar el suicidio voluntario que consiste en ofrecer todas las herramientas que posees para que tus alumnos algún día te superen como maestros renovados no tiene que ser fácil. Y éste sacrificio, hoy sin alcanzar todavía la meta que me impusiste con tu dote, puedo quiero y debo agradecértelo.

Y así desde aquí te pido que si alguna vez el miedo hace acto de presencia porque alguno de los que hoy son tus alumnos, comienza a volar libre, comienza a tomar su camino, dale sólo tu bendición, seguro que un día te agradecerá, como yo hago ahora, que hayas sido su comienzo.

Y pido disculpas porque todas mis conjeturas, no son más que eso, puras conjeturas del adolescente que ya no es un niño (alumno) pero que tampoco es adulto (maestro)

Es verdad que los maestros artesanos que transmiten sus conocimientos al aprendiz para que continué la evolución del arte, son cada vez más escasos, dejando paso al profesor mercenario que cambia lo que un día fue (estoy seguro que un día sintió el arte en sus manos) su arte por unas monedas. Artistas con una gigantesca vocación de creadores y muy poca como formadores. Tengo que agradecer que este no fuera tu caso, aunque si el de muchos otros que me encontré por el camino. Profesores he conocido muchos, maestros he tenido muy pocos.

Si ser educador es difícil, serlo de un arte lo es doblemente, pues nos movemos en terreno de conjeturas, opiniones, sentimientos y abismos, modas, estéticas y metafísicas… donde el maestro se convierte en guía espiritual y/o sacerdote de ritos paganos.

Ahora sé que los guías cometen errores, a veces muy grandes, como todos los seres humanos, pero ahora tengo la distancia para estimarlos y comprenderlos como errores propios de un ser humano. Los dioses convertidos en tales por nuestra adoración o miedo, no cometen errores.

Hoy mi opinión es que confío tanto en el arte como opción de vida que vosotros, maestros del arte, tenéis un rol que en el fondo trata más del espíritu que del cuerpo… y cuando ésto falta solo quedan deportistas ocasionales.

Quiero escribirte y reconocer tus méritos mientas puedas escucharlos, mientras tu función para las generaciones que ahora vienen esté todavía vigente, y con la pequeña esperanza de que con estas pequeñas palabras puedas comprendernos un poco más.

Y es hoy que continuo mi adiestramiento, que intuyo el adulto que seré, que puedo darte las gracias por lo que soy y por lo que seré. Contándote lo que para mi fueron tus errores y sobre todo reconocer que hoy no estaría hablando de arte, de danza, de alumnos y profesores si en mi pequeña evolución, vosotros, los maestros que marcasteis mi camino no hubierais estado presentes.

1.- Hermann Hesse. Lecturas para minutos 1. Ed. Alianza Editorial (2005)









Estadisticas web


sábado, 2 de diciembre de 2006

Kunsten Festival desarts 2006.- Brice Leroux.- QUANTUM- Quintet

Un regalo para imaginar y viajar, volver a sentirse como un niño al que se le estimula para que su cerebrito evolucione. Justamente por esto recomiendo la pieza a muchos que yo me sé…

Cuando Leroux decidió que el nombre para esta obra sería: pieza para brazos; no tuvo que comerse mucho la cabeza, y es que Leroux nos regala una hora para soñar con formas y texturas solo utilizando los antebrazos de sus intérpretes. Sesenta minutos de matemáticas anatómicas donde las imágenes te llevan donde quieras ir.

Y cuando digo regalar, entiéndame, quiero decir pagar un ticket para sentarnos en una butaca y durante una hora no tenernos que preocupar de ese mail que no llega, esa llamada que nos prometieron, o cuantas cosas más… no tenernos que preocupar más que por soñar durante una hora. Todo un regalo, ¿no creen?

Todo el teatro a oscuras y el escenario iluminado sólo para mostrarnos del codo al puño de cinco ejecutantes, diez miembros que se articulan y desarticulan desde la velocidad de la luz a la lentitud de las quimeras.

Una pieza genial que exige del espectador sólo lo que él quiera aportar, jugar con el enfoque, los ojos medio abiertos o medio cerrados, jugar con el ángulo de inclinación de nuestra cabezota para girar la evolución de lo que sucede en el escenario…

Me siento incapaz de explicar lo que vimos, y mucho menos lo que sentimos porque cada uno imaginó que sobre el escenario había: algas, cromosomas, códigos salidos de matrix, ballenas, campos d maíz inquietos…

Recomiendo ver la pieza si existe la posibilidad o al menos leer el texto que el propio autor ha escrito sobre ella, porque si con lo visual es bueno, con las palabras no lo es menos…

Un creador joven que ya ha dado que hablar y que aún seguirá haciéndolo. Quizá un nuevo gurú que contribuya a la evolución de las artes sobre el escenario.

Ramallah Contemporary Dance Festival. El arte como herramienta para la paz.



Ocupación, guerra, muro, ataques suicidas, asesinatos selectivos, Palestina, Israel… términos que todos hemos oído, leído y quizás hasta expresado, pero, ¿Cuál es el significado de todos estos términos? ¿Cuál es la realidad que se esconde tras la palabra?

Mi rutina, la rutina de la supervivencia diaria en una gran ciudad europea, con un alquiler que pagar, un trabajo al que acudir y unos amigos con los que compartir, era y es muy ajena a todos esos términos, pero por unos días, la danza, mi profesión, ha permitido que mi realidad sea otra.
Al final de esos días emocionantes y a mi vuelta a Bruselas, el único deseo es el de contar a quien quiera oír como hemos percibido, gracias a un festival de danza, una experiencia impresionante, errores humanos, que al igual que tantos otros, por mucho que se repitan a lo largo de la historia, no aprendemos de ellos.

Actualmente bailo en una compañía belga, que fue invitada a un festival de danza contemporánea en Ramallah, Palestina. Para ser más exactos, al primer festival de danza contemporánea organizado en Palestina (sin entrar en detalles de países reconocidos o no…). Un festival sin medios económicos pero muchas ganas y esperanzas.
El festival se ha desarrollado entre los días 4 y 18 de abril, en las ciudades de Ramallah, Jerusalem y Bethlehem, incluyendo en su programación, compañías de danza con base en Bélgica, España, Francia, Irlanda, Alemania, Palestina, Argelia y Túnez, aunque las compañías tunecina y argelina no pudieron asistir, al no serles permitidas la entrada a través del aeropuerto de Tel Aviv, por ser territorio israelí… y es que así está la cosa, la movilidad a la que tienes o no derecho depende del color de tu pasaporte.

Los objetivos del festival, quedan muy claros sobre el papel; hablan de preservar una vida cultural en tiempos de conflicto, de usar el arte como herramienta de diálogo… pero organizadores y participantes nos hemos llevado mucho más que eso, algo nuevo hemos dejado allí, y algo nuevo nos hemos traído. Sentarnos con los voluntarios a compartir una shisha y contarles como hay una manera en nuestro mundo europeo de ser profesional del arte y vivir de ello. Oír que hace más de 10 años que no ven un mar que está a 50 kilómetros porque no pueden cruzar las fronteras que les rodean. Contarles como en nuestro mundo podemos tomar tres o cuatro clases de danza diarias. Oír que el equipo nacional de baloncesto entrena solo dos días en semana… así es como ha transcurrido el festival, y ese es el objetivo que el encuentro ha permitido: saber que pasa al otro lado…
En un primer momento y recién llegados al hotel, una bolsa con innumerables panfletos, pósteres, postales y pegatinas que hablan de un muro, de una ocupación, de una cultura, de un pueblo, nos esperaba encima de nuestra cama, propaganda política que deja de serlo al día siguiente cuando la vives por ti mismo… y es que sólo hizo falta hacer un viaje en coche de diez minutos para ver los límites que el gobierno israelí a puesto a la movilidad de los habitantes de las ciudades palestinas.
¡¡Es verdad que hay un muro!!, que hay kilómetros y kilómetros de muro que rodean, que encierran a ciudades enteras. ¡¡Y crean islas!!, prisiones enormes dentro de un territorio que en la historia siempre ha sido un área de conflictos. Y el error se repite.
Condenados por nacer un par de miles de metros más allá de una frontera arbitraria, son galardonados con un pasaporte que no permite la movilidad.
Soldados adolescentes israelíes, de entre 18 y 20 años con un arma al hombro y mucho miedo a sus espaldas (seguramente muy justificado), habitan los innumerables chekpoints establecidos en los perímetros de las ciudades palestinas. Nos piden con mano temblorosa una carta de identidad, nos miran alucinados sin saber que hacer al ver un autobús lleno de palestinos y una compañía de danza, nada menos que de danza contemporánea (¿qué es eso?) con pasaportes españoles, franceses, belgas, alemanes, etcétera…intentando decidir si nuestra historia de la compañía de danza es cierta o no, decidiendo si podemos o no, pasar al otro lado de los ocho metros de alto que tiene el muro, si podemos pasar de una ciudad semi-derruida por los constantes ataques militares a otra completamente occidentalizada, aséptica, llena de macdonalds y virgin stores…

Poderes inmensos que juegan con los individuos, con las libertades básicas del ser humano.
Como bailarín, como la mayoría de los artistas y otros muchos profesionales, el nomadismo es mi estilo de vida, una forma de aprendizaje y de experimentar, crecer y crear. Impedir el transito es, para mi, la peor manera de coartar el crecimiento personal.
Nosotros como europeos, como habitantes del mundo civilizado, no hemos tenido problema en pasar de un lado a otro, de entrar y salir de los territorios ocupados, y esa, ahora, es nuestra fuerza. Hemos participado de lleno en la vida de la ciudad de Ramallah, hemos vivido y hemos trabajado con ellos, nos hemos subido al escenario por y para ellos. La danza ha permitido abrir una ventana al mundo exterior y ahora no podemos permitir que se cierre.
La danza ha sido utilizada como fuente de diálogo, ha abierto el camino para expandir la palabra, al menos para que todos los que hemos asistido a este festival, volvamos a nuestros lugares de residencia y hablemos de ello, para que no sea un error silenciado.
Movimientos políticos, religiosos, problemas de territorialidad, de subvenciones extranjeras, terrorismo, negocios ocultos e ideales raciales, todo esto me viene grande; no sé cual es la solución, si existe o el camino para encontrar el equilibrio, me viene grande; quienes son los indios y los vaqueros de esta historia, muy grande; pero saber de primera mano que una injusticia está siendo cometida y contarlo es mi pequeño grano de arena o quizá mi necesidad.

Participar en este evento, ha sido una experiencia personal, mucho más allá de la profesional, y así ha sido para organizadores, participantes y público, porque por unos días hemos sido personas y no instituciones.

Fotos: (c)Eric Boudet (eric.boudet@laposte.net)

Enlaces para más informacion :
www.ochaopt.org, www.nad-plo.org, www.pcbs.gov.ps, www.alkasaba.org